Hace hoy un año que el avión de esta fotografía nos trajo a Vienna a Xia y a mi a Barnacity, dejando atrás a nuestra familia, amigos, trabajo, y entorno.

Desde entonces es mucho, mucho, lo que ha llovido, algunas cosas quedaron como simple anécdota mas o menos agridulce, otras en cambio han creado cambios en nuestro entorno que traerán consecuencias con el tiempo, han sido “tiempos interesantes” tiempos con sus alegrías y sus penas como dicen, pero sobretodo ha sido un año agitado, pero a diferencia de los martini al estilo Bond estos han estado agitados y revueltos.

Barcelona es una ciudad que duramente durante este año he aprendido a querer, no con el profundo amor que siento por “miña terra queridiña” tampoco como el cariño que le tengo a la ciudad que me vio nacer, pero poco a poco fui acostumbrándome a sus contradicciones y al final Barnacity y yo hemos hecho las paces y hoy puedo dedicarle esa frase lapidaria que ningún enamorado quiere escuchar, pero suele dar pie a amistades duraderas:  “la quiero solo como a una amiga“